sábado, 19 de diciembre de 2009

Cielo arriba, suelo abajo. Pan de trigo luz de neón. Yo aquí vivo, quinto piso. No consigo sonreír. Y la tele es un revólver y el vecino es un caníbal, como yo. Y hay tanta gente por la calle disimulando la amargura. Hay tantos lunes que los viernes están armando sindicatos. Para acudir a la fortuna te venden dioses novedosos. Para encontrarse la ternura hay quien se manda una pastilla. Y este septiembre tan enero y esta sonrisa tan llorona. Tanto cielo, tanta luz. ¿Quién me observa desde allí? Tantos ríos, tanta sed. Tanta prisa por llegar. Y el fútbol de los domingos.  Y el café que abre unos ojos que no ven. Y hay tanto espacio en el espacio. Y hay tanta duda en las escuelas. Los mercenarios al congreso y otro estratega es emboscado. Para acudir a la fortuna te venden dioses novedosos. Para encontrarse la ternura hay quien se manda una pastilla. Este septiembre tan enero y esta sonrisa tan llorona. Cielo arriba, suelo abajo. Pan de trigo, luz de neón...

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