domingo, 30 de noviembre de 2008
La primera vez que te escuché hablar fue entre medio de la gente. No te ví (estaba de espalda) pero me dijiste "¿Qué haces acá que no estás durminedo?" y cuando giré ya no estabas. La segunda vez fui yo quien te vió, pero no sé por qué no te dije nada. Me hice la boluda (que según vos me sale bien) y miré para otro lado. Quizás inconcientemente estaba huyendo de la desilución que podría haberse creado en un monitor, quizás no quería verte y ya. La tercera vez que nos vimos (si, nos vimos los dos) nos saludamos y vos seguiste tu camino por la peatonal y yo crucé la avenida. La cuarta vez fue en ese cumpleaños que no sabíamos que ibamos los dos y cuando nos vimos nos reímos muchos. Desde ese día, harán unos meses, siempre que nos vemos nos reímos... y la risa hace bien (eso me dijeron).
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